domingo, 8 de noviembre de 2009

Flor danzante

Debajo de mi carne me encuentro
Acurrucada en los brazos de un pasado
He renacido y muerto al ritmo de tu baile
Y me encuentro aquí,
Por si quieres saltar al precipicio de ese, el paisaje que tejimos.

Soy la crujiente rama que se parte debajo de tus plantas
Me niego a amarte con el puñal bajo la manga y contar los naipes y sacar ventaja
Me niego rotundamente a amarte para que me ames.

Seré un tiempo tu sombra, tu eco, tu historia,
Seré la presencia absoluta del amor nuevo.

Quizá solo esperaba poder sentirte un poco más
Acariciar tu mano un poco más.

Desvaríos, me divido en diversos yoes
Uno te llama, el otro te odia, el otro se mata, el otro…
El que era para ti, muere, quizá muere
Aún no tengo certeza

Al amanecer gime una tristeza desesperante
Se mira en su espejo, se consuela siendo ella plena
Se tuerce en su agonía y te nombra, como te nombra.

Con la droga mis imágenes de ti son diferentes
entre esplendores la lucidez despierta, todo se vuelve preciso, cierto
Me encuentro en medio de una emoción absoluta
Contigo y sin ti y lejos de ti,
El amor se calma y se conforma de haber sido un segundo
Unas horas, unos días y haber dicho sí.

Estaré muerto unos días y como fantasma velaré los sueños del mundo
Luego renaceré y volveré a ser la nada que he sido,
Nunca definitiva, nunca por el camino previsto,
más allá de mi misma y mis pasiones y mi diminuta razón.
Por ahora cada miembro, cada parte de mi cuerpo es una roca colgante al vacío.

A veces simplemente desfallezco en la melancolía de lo que pudo ser.
A veces llanamente caigo muerta de tanto pensamiento
y luego revivo, despierta, deseosa de ser lo que aún me falta ver y sentir y nombrar.

Soy un dios que dibuja líneas nuevas sobre el espacio
Soy un dios que canta en su propio lenguaje y todo es real y verdadero
Y la muerte es hallazgo
Y el amor es la flor danzante
Y la vida es un todo y nada
Un dolor vibrante, una dicha sin mesura.
Todo y nada son los nombres de la vida
De la razón y el mundo.

Memoria

¿
Qué
es
el
pasado
sino
un
largo
sueño
que
tuvimos
y
que
poco
a
poco
se
disuelve
en
el
agua
de
los
días
?

domingo, 1 de noviembre de 2009

Pequeño amor de tres estaciones

Vengo aquí a vomitar algunos diablos
Llameantes y dolorosas fuentes de vida conceptual y física
En mis ojos
Doy mi creación por tus dedos en mi espalda
Y el golpeteo entre tu pelvis y mis nalgas
Implacable amor de tu injusticia disfrazada
Me castigas, es tu fantasía… me castigas por las noches en la cama
Al amanecer una luz fatigada insiste en allanar tu morada de muros
Tu habitación de esclavo
Hasta ahí te sigo en ligero traje
Hasta ahí te sigo sin armadura
Torpe cordero que no entiende que aquello sobre el piso es sangre
Las niñas de tu fantasía, tus amantes, tus esposas, tus vecinas…
Indulgencia
Vengo aquí a vomitar algunos diablos
Estabas ahí en medio del paisaje
Mirando a otra parte mientras yo miraba la forma en que se comportan tus pensamientos
Y tú mirabas el contorno de mis caderas y yo miraba tu mirada puesta en el contorno de mis caderas…
Pero el contorno de mis caderas se desdibuja de tu pensamiento cuando sales al mundo y te insertas en tu viaje social
Le cuento historias a tu fantasma, le digo cuanto he amado al dueño de este espectro que me trae el agua y la comida cuando soy presa de esta idea ansiosa… amarte.
Lo mejor de mi yace en la acaricia que te di aquel día
Y no vale ni un centavo
Y no vale una de tus sonrisas
Paciencia
Vine aquí a vomitar algunos diablos
Quererte como al cáncer de razón en mi locura
Como al salvaje corazón que golpea mi pecho y lo destroza.
Así, patético, insaciable, mordaz, esquizoide ha sido nuestro pequeño romance intelectual pero desbordado de fisiología
Místico y banal nuestro pequeño amor de tres estaciones
Sacrificamos sueños para poder vernos una vez más a los ojos
Y trozos de sueño cristalizado se han clavado en mis plantas
Yo sangro… de ti hoy… no sé nada, nunca he sabido nada, más que tu sabor, tu voz y la forma de tus ojos que parecen decir algo programado para aquellos de quienes esperas todo el amor que tu carne pueda sentir…
Te he montado y te he chupado, sé lo que te hace feliz, sé que te he hecho feliz… que he dado todo el calor que tu carne pueda sentir.
Vomitarte a ti es lo que resta o cagarte o que de alguna forma salgas de mi en algún momento, en alguna hora inusitada, asimismo como cuando llegaste, inusitado, te irás aunque te quedes, y aunque te quedes te irás… te veo… guardas tu sonrisa, luego la ostentas, premias y castigas,
Pero mis pies como todos los pasos caminan al ocaso
Y en el amanecer ya no seremos los mismos
Al amanecer nos habremos desbordado.