Quisiera... con singulares actos del hombre
hacerte el regalo de tu inmortalidad
que la voz del río incansable resuene en tu mágica voz,
que el sacrificio de mi ilusión
estrelle tu rostro y lo devuelva al sol
que partiendo tu pecho en dos
brote el oleaje
que templa tu corazón
que te sacuda el verso
de esta moribunda razón
que te encuentre en el linde
la flecha que allana las mentes
y hace de la muerte magnifica flor
que mi sencilla palabra
te tome del tiempo
y te muestre la rendija
por donde ruedan los nombres
se abisman los sueños
por donde despierta el átomo perfecto
y vuelve su mirada a su propio e inconmensurable principio sin fin, fin sin principio.
Que cante sobre si mismo
en éxtasis interminable
Dios mirándose a Dios.
