viernes, 6 de enero de 2012

Perfecto

"su alma debe estar perdida, no le gusta el mar y la arena" decía Nico mirando al mar.
Retomo la escritura, recuperando la imagen, el sonido, el milagro luego de un bendecido naufragio.
el azar es evidentemente una señal de no azar;
amigos, hermanos que se encuentran en una de las orillas del mundo... de la percepción.
Aquí todos estamos desnudos y la simpleza purifica con esa su forma tan llana, concreta y preciosa.
Nos encontramos en el paraíso, para estar basta una sombra porque hay suave suelo y un viento que clarifica, mese.
Basta la voluntad de ir a la caza, mejor dicho, a la pesca y pedirle al mar su néctar en bocados de carne de frutos del mar.
sólo una enseñanza, no hay azar sino lección de magia.
Basta una manta ligera para el frío
porque el sonido del mar calmara toda sed y hambre.
El mar, como se devora mi memoria, como resucita, se lleva barcos endebles, efímeros.
Uno no puede ser idealista en un universo perfecto, la imperfección es un matiz, un mensajero de su matriz, la perfección, la totalidad. Porque la luz completa es casi un hallazgo siniestro y su hijita sombra es la delicada posibilidad de ver los rasgos de tu rostro único, puro, inexplicable.