viernes, 3 de enero de 2014

sentirse una cavidad que se fragmenta, y rota no sostiene el liquido divino ni absorbe el viento
el puño que se levanta y se quiebra antes de atravesar el muro
ser uno con el abismo, perdido en los vapores de una nube, resguardado en un sacrificio infertil
una brújula trabada por la arena de la playa, y en el centro de ese mundo, un corazón avergonzado
avergonzado de sueños fragiles, de huesos solitarios
aterrado de esa aguda voz desafinada que insiste en hacer un canto
hundido entre el miedo y la confianza
miedo de pobreza, de sangre amarilla de escaso aliento
que confiar en lo absoluto no lo vuelve a uno digno
porque el trabajo esta pendiente y el alma sólo reconoce incertidumbres
a saber si sirve este servicio, si tratar de andar por tu camino siembra algún buen fruto.
entristecerse y llorar nunca fue provechoso y sin embargo yo me tuerzo de lastima frente al espejo
el espejo que me devuelve el puño en la frente
ser tan poco y tan poco importante en alguna era futura habrá valido
me revuelvo sobre mi mismo
como el mar, como un sonido
hoy me alimento de mi corazón avergonzado
y murmuro un rezo para no perder mi equilibrio, mi confianza en creer que puedo perderme con sentido
morir en el intento de lo puro y duradero.