sábado, 26 de diciembre de 2020

Venado y León


Carne blanda en cada cambio de peso medular

huesos despejados, hombros aislados

la visión del león en un árido campo es dorada

como el pelaje, como la sombra erguida que avanza al horizonte.

Hay dos versiones en el paisaje de la bestia

tenso o relajado, en el dominio o el ataque

ahí reside, la perfección oscilante

enfoca y desenfoca, y en sus comisuras

el elixir de la eterna juventud.

El león siempre ha sido viejo e inocente

en sus fauces redime al sacrificado.

La presa se alimenta del intento,

de la astucia de la posibilidad,

y del poder de alimentar y ejercitar al enemigo

y quizá vencer...

bajo el rojizo crepuscular del hambre acumulada

las dos bestias rondan un mismo destino

a nadie pertenece la victoria del ejercicio

donde no hay orgullo que saciar

sino perseverar en el camino 

de huesos y carne organizada.