Me dirijo a mis pies
al macrocosmos de los pies, lo grande
infinito adentro.
Fundamento y rudimentario tacto del cascaron rugoso de las plantas,
surcos y grietas de la semilla magnética que crece,
es la forma del tiempo, la ilusión del movimiento
un rastro libre por seguir siendo solo un momento y coordenada
la estrella que se agita.
Uñas, huesos y tendones fueron formados iterativamente, carne, piel y sangre;
cuanta creación en acción todo el tiempo
tejiendo libertad
intento escuchar su música al bailar,
peso aquí y allá en las orillas, en la unidad de sus fuerzas,
desdoblándose los dedos se arriesgan a volar
uno adelante y otro atrás, ellos saben, lo saben todo
han sostenido al mundo, han soñado el sueño del árbol enraizado por vivir y bañarse al sol
orgullosos de sanarse solos, sus heridas
tejiendo libertad.