a quién he llamado sino a todos y cada uno,
encendiendo altares en la imaginación
ofreciendo un silencio y un canto
una cuerda que se quiere afinar cantando
por estar con todos celebrando
todos los vuelos que hemos realizado
y todos los milagros que hemos sido y seguiremos siendo
cada enjambre místico, una partícula del ser.
y lloro sino río
me desequilibra el mero concepto de la ausencia,
la dualidad, el terror
frágil y extático es ser humano
por eso vamos de la mañana a la noche
curtiendo en la repetición,
blandiendo el corazón
que es lo único que ser tan prodigioso puede blandir
a quién he de llamar sino a Dios que emana
de cada exhalación, mirada, tacto y agitación de alas
todo este asunto es entre tu y yo