miércoles, 27 de noviembre de 2013

oculto,  huyendo entre edificios que hace siglos comenzaron su caída
sólo aquí se puede temblar y hablar del instinto,
vomitar el sinsentido visceral
y que esa emoción desbocada encuentre su destino,
su silencio y el hastío.
aullando a la tormenta, refugiado bajo el árbol fantasma,
un eco hace mella en el ritmo de el caprichoso péndulo
que infatigable golpe las murallas de esta confianza y hace pequeñas grietas que arden,
tu voz de ángel se burla de ese dolor que muy dramático se inventa una emoción
muy al estilo de ese mundo que se auto proclama realidad
Pareciera que aprieta los dientes, busca trozar el hueso
y cortar el veneno de raíz, la raíz del veneno

todo pensamiento guarda un secreto
el camino se abre como el cuerpo
un ojo mira de frente el misterio
y el otro juega a creer en los espectros.
Sólo la carne espiritual sacia el hambre de la eternidad
y sólo algunos se invitan regocijados al banquete de la muerte
pues pocos saben, y a costa del todo, que ahí al final del día,
cuando el sueño despierta
desgarrando cada rostro
ellos se salvan de si mimos y vuelven al centro
desde donde brota la primera luz del nuevo día.

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